Su silueta rectangular se despliega armoniosamente según una rítmica a la vez uniforme y contrastada, alternando sutilmente acero, gris y blanco; acabados pulidos y satinados; y líneas verticales y horizontales del brazalete. Sobre el centro de la esfera, en el nacimiento de las agujas glaive rodiadas hasta su extremo, se encuentra el motivo del rectángulo. Este se prolonga a lo largo del minutero gris, sobre el contorno de la esfera, en el nacimiento de los números árabes y los índices ribeteados rodiados. El blanco opalino que recubre delicadamente la esfera pone de relieve cada detalle de esta composición gráfica esmerada.